miércoles, 28 de enero de 2009

Accidentes viales


Más de seis mil accidentes de tránsito han ocurrido en las diferentes vías de la capital en lo que va de año. El saldo, lamentablemente, no es más alentador. Hasta la fecha de hoy van 167 fallecidos y 6.022 personas lesionadas. La edades de las víctimas comprenden entre los 14 y 35 años. Estas cifras implican un aumento del 40% con respecto al año 2006, según las estadísticas del cuerpo de Bomberos Metropolitanos.

Entre las vías con más accidentes se encuentran la Regional del Centro a la altura de Tazón, la Valle-Coche, la Caracas-La Guaira, la Petare-Guarenas y la Cota Mil. Según Asotransit, la principal causa son el exceso de velocidad, la agresión en la vida y la ingestión de bebidas alcohólicas.

Con el desmesurado incremento de los accidentes en las principales arterias viales de la ciudad, los niños son los que se están viendo más afectados por la falta de algún miembro de la familia.

Se necesitan leyes y regulaciones para mejorar la circulación vial, se necesitan planes y proyectos para reconstruir y construir nuevas vías, se necesitan proyectos para controlar el tráfico en la ciudad, pero lo más importante es que se necesita conciencia por parte de todos los que habitamos la ciudad, porque de otra manera continuará siendo casi imposible la vida en Caracas.

Una inocente infracción

La excusa perfecta para cometer una infracción en cualquier punto de la geografía de este país, es alegar que somos venezolanos. Esto implica formar parte de Latinoamérica; es decir, formar parte de una diversa gama de países subdesarrollados los cuales el cometer una infracción (de cualquier tipo) suele ser justificable, ya que “así somos, ésa es nuestra cultura”. Después de que cometemos cierta infracción, hablemos en este caso de tránsito, nos quejamos porque el “tipo” que está manejando el carro de al lado no puso la luz de cruce, y resulta que una cuadra más atrás nosotros nos habíamos tragado la luz del semáforo. Entonces, ¿con qué moral nosotros nos quejamos?. Esto demuestra lo poco conscientes que somos a la hora de emitir algún juicio. Y no sólo hablo del tránsito, sino también de nosotros como ciudadanos.

Muchas veces se nos olvida cuando estamos caminando por la calle y tenemos en nuestras manos un “papelito” y no hallamos que hacer con él, pero parece ser que a unos cinco pasos de donde nosotros estamos ubicados divisamos una papelera, lo que ocurre es que la infinita flojera que nos invade el cuerpo nos impide llegar hasta ella, y como resultado “tiramos disimuladamente” el “papelito” en el suelo. ¿Y qué ocurre con las diez mil personas que vienen detrás de nosotros?, pues se hacen las que no han visto el papelito y continúan caminando, total es una rutina, es cotidiano ver un papel en la calle. Y después nos preguntamos por qué Caracas está sucia... Bueno, nosotros quienes fuimos los autores del crimen (botar el papel al suelo), seguimos caminando y vemos como un conductor tira la colilla del cigarrillo por la ventana y cae en la acera. En ese preciso instante, nos detenemos y dedicamos unos quince segundos de nuestro valioso tiempo a insultar y blasfemar contra el individuo que tiró la colilla. Por supuesto que no recogemos la colilla, sólo atinamos a mirarla con asco y seguir caminando. No es cuestión de defender al personaje quien “cochinamente” ha ensuciado la acera tirando la colilla, sino de tomar conciencia acerca de nuestros actos. Y ningún ciudadano está exento de esta situación.

A todos nos ha pasado, pero bien es cierto que uno se cansa de ver la misma imagen todos los días a toda hora, en cualquier parte que te encuentres. Por el simple hecho de que muchas personas lo realicen y lleven tiempo haciéndolo, no quiere decir que sea lo correcto. La idea de hacer este artículo, es para reflexionar (los pocos que quieran tomarse diez segundos para esto) y darnos cuenta que nuestras acciones en vez de ayudar, deterioran a nuestro patrimonio, nuestras calles y a nosotros mismos. Siempre es bueno recordar que nosotros somos el ejemplo de otros.


Y los sueños... ¿Sueños son?

Los lugares de libre tránsito también se han visto afectados por la economía informal que ha retringido el paso a estos lugares. Esto también ha contribuido a que se complique más la situación del tránsito vehicular.

Parte del problema de la ciudad podía solucionarse si se reinstaurara el proyecto de "Pico y Placa", que en coordinación con las alcaldías podría crearse un plan que ayude a disminuir considerablemnte el tráfico y las colas de la ciudad capital.

Este blog exhorta a las autoridades para que trabajen por el bien de la comunidad y de los ciudadanos. Las diferencias políticas no deben ser otro factor que influya en los problemas de la ciudad. Es imperante que se brinden soluciones factibles al menor tiempo posible. Los caraqueños merecen una ciudad menos inhóspita y más habitable. Y es necesario que estos sueños dejen de ser eso y se convierten en realidad.